lunes, 23 de abril de 2012

Una educación para la transformación

“La gente no es necesariamente inteligente porque tiene potencial o talento o habilidad innata. Si no porque la gente puede demostrar inteligencia, por la manera como ellos perciben, comprenden, se adaptan a nuevas situaciones, aprenden de su experiencia, miden los factores esenciales de una materia compleja, demuestran maestría en la complejidad, solucionan problemas, analizan, críticamente y pueden tomar decisiones”
(Dunn citado por Denig, 2004, p.100-101)[1]
Pierre Levy en su libro Inteligencia colectiva, describe a la Tierra como un planeta nómada, sin embargo esta denominación no se refiere a su movimiento por el universo o a nosotros como viajeros de un lugar a otro; el término implica a un movimiento de pensamiento, a un cambio de formas de percibir, dar significado y actuar en el mundo, a otra forma de construir el mundo y a su historia. Plantea que:
“El espacio del nuevo nomadismo no es el territorio geográfico ni el de las instituciones o de los Estados, sino un espacio invisible de conocimientos, de saber, de potencias de pensamiento en cuyo seno nacen y se transforman cualidades de ser, maneras de actuar en sociedad. No se trata de los organigramas del poder, ni de las fronteras de las disciplinas, ni de las estadísticas comerciales, sino del espacio cuantitativo, dinámico, vivo de la humanidad en el proceso de hallarse produciendo su mundo” (Levy, 2004, pg. 10)[2]
Esta mirada toma en cuenta el impacto de los avances tecnológicos y las transformaciones de la educación formal, no formal e informal, además de aquellos metaespacios intermedios. Bajo este enfoque es necesario explorar un panorama de nuevas y múltiples opciones para la creación de futuros relevantes para la educación actual. Dolors Reig[3] en su disertación realizada durante el Encuentro Internacional de Educación 2012 / 2013 organizado por la Fundación Telefónica-Argentina propone 9 capacidades que deben desarrollarse para ser competitivo en el siglo XXI.
1. Fortalecimiento de la práctica de valores (No hay tecnología que no dependa de su apropiación y no hay apropiación que no dependa de los valores del usuario. Si formamos en valores tenemos asegurada un adecuado uso de la tecnología.…)
2. Promover la alfabetización multimedia (Horizon 2012). Implantar nuevas formas de expresión, con sus nuevos lenguajes que transformen la educación tradicional, y se refiere a la TICs.
3. Gamificación (aprendizaje basado en juegos), storytelling, creatividad, etc. Asociado al uso del multimedia.
4. Organizar la inteligencia colectiva. Convertir al docente en un organizador de la inteligencia colectiva
5. Analítica de datos (Aprendizaje aumentado). Utilizar el entorno abundante de datos; aprender a investigar y realizar proyectos que utilicen y generen datos para ampliar el conocimiento diverso.
6. Metodología, herramientas, instituciones, profesor, para “dar sentido”. En este aspecto, tenemos que defender a las instituciones y motivarlas para que enseñen a generar pensamiento crític- creativo, que enseñen a construir significado de y para la realidad.
7. Curación de contenidos y sistemas educativos (lugares del saber). Reorientar el papel del profesor, que se comprenda que nadie lo sabe todo, pero si que debe asumir su papel de orientador, de mediador.
8. Aprender a aprender. Aprovechar los avances de la neurociencia para promover espacios de aprendizaje diferentes y que promuevan el desarrollo de estrategias de pensamientos para saber aprender.
9. Innovación y cambio (de la educación para las respuestas a la educación para las preguntas. 

Los planteamientos que acabamos de mencionar encierran un sinnúmero de retos para los y las educadores del siglo XXI. Los niños y las niñas de esta época tienen características y expectativas totalmente diferentes a los que vivieron hace 2 décadas. Los patrones de comportamiento han ido cambiando gradualmente y casi sin darnos cuenta estamos sumergidos en un mundo tan dinámico y complejo que a los adultos nos es difícil comprender. Los niños y niñas actuales desde que nacen y aun antes de nacer están inmersos en un mundo en el que las fronteras geográficas ya no existen. El mundo se ha unido a través del ciberespacio generando conocimientos diversos, emociones y afectos también diferentes. En este contexto, las concepciones que guiaban la educación necesitan ser renovadas. Una persona inteligente no es aquella que acumula mucha información sino la que ha aprendido a utilizar la información, es decir aquella que ha aprendido a aprender, que es capaz de utilizar estrategias de pensamiento para enfrentar con éxito los retos de la incertidumbre.
Cuando hablamos de inteligencia, necesitamos tener en cuenta de forma simultánea todos los elementos que conviven inseparablemente en nuestro cerebro. Ahora sabemos que el instinto, la emoción y el pensamiento racional tienen que ser capaces de llegar a consensos constantes y fluidos. Pero como no nos educan para ello, muchas personas todavía nos preguntamos si esto es realmente posible, si somos capaces de gestionar nuestras emociones y si el impacto de esta gestión merecería el esfuerzo que supone(Pérez, Jiménez, Martín, Bárez, Pérez, Riaño, Gartzia, Gómez, & López, 2011)[4]
Cobo y Moravec (2011)[5] nos dice que la era actual ha logrado despertar tal diversidad de intereses, conexiones y combinaciones, que estamos seguros de que existe talento e inquietud de sobra para congregar parte de esa creatividad y pensar en una educación diferente. La idea de una mejor educación es un tema que a nadie deja indiferente y queremos aprovechar ese interés colectivo, intergeneracional y multicultural para discutir abiertamente al respecto.(…) En cuanto a las herramientas utilizadas para apoyar el aprendizaje, mientras más ubicuo y diverso sea el uso de las tecnologías de información y comunicación, más probable es que se desarrollen nuevas habilidades y aprendizajes que resulten invisibles o ignorados por los tradicionales instrumentos de medición del conocimiento (cuestionarios, exámenes parametrizados, pruebas de selección múltiple, etc.). Los autores nos plantea idea sobre edupunk, aprendizaje permanente, edupop, aprendizaje incidental y aprendizaje ubicuo, todas ellas como invitaciones, desde perspectivas muy diferentes, para explorar patrones de aprendizajes más flexibles, innovadores y creativos. Ello bajo la comprensión de que se puede aprender en cualquier momento y en cualquier lugar, generando un continuum de experiencias e interacciones. Como coralario de su propuesta explicita los siguientes planteamientos que podríamos tomarlos como puntos para iniciar la reflexión sobre nuestra práctica actual:
1. Aprendizaje permanente (lifelong learning). Citando a Longworth y Davies (1996, p. 22), expresan que este aprendizaje promueve el desarrollo del potencial humano a través de un proceso continuo que estimula a los individuos a adquirir de manera constante los conocimientos, valores y habilidades que requieren a lo largo de su vida, aprovechando con creatividad todas las circunstancias y posibles entornos para aprender nuevos saberes.
2. Educación expandida: es un concepto que engloba las nuevas formas de educación, que incorporan los procesos sociales y comunicacionales que ha provocado Internet y se adaptan a ellos.
3. Edupunk: es un neologismo, usado en inglés para referirse a una ideología concerniente a las prácticas de enseñanza y aprendizaje que resultan de una actitud tipo “hazlo tú mismo” (HTM o DIY, por sus siglas en inglés). Muchas aplicaciones instructivas pueden ser descritas como educación HTM Edupunk. El término alude a la enseñanza y al aprendizaje inventivo.
4. Edupop: esta propuesta surge en respuesta a la idea de edupunk. “Nosotros creemos en la tecnología, porque creemos en los individuos. Y por eso pensamos que nuestra lucha es por el futuro de la tecnología y sobre la manera en cómo la usamos. Es acerca de esta lucha por el futuro de nuestra cultura, que es vista desde todas partes con un enfoque de pensamiento Punk. La tecnología y el conocimiento deben ser libres de compartir, vender o utilizar a fin de dar ideas, innovaciones y visiones. Así que recibiremos cualquier cosa compartida, vendida o entregada a cambio. Vivimos en un mundo conectivo donde la cultura y el conocimiento están en todas partes y los individuos deben ser libres de hacer lo que quieran en él” (CCCB, 2010).
5. Aprendizaje serendípico-accidental-incidental: Citando a Arina, (2007), Canali de Rossi (2008), plantean que el aprendizaje serendípico puede ser visto como el aprendizaje que no se basa en los resultados, sino más bien en el proceso. El término “serendipia” hace referencia a aquello que ocurre de manera accidental, tal como el encuentro de dos personas en un contexto de alta complejidad. El aprendizaje serendípico ni siquiera está en directa relación con el significado del término “educación”, que deriva del verbo latín educere (‘llevar adelante’) y que se caracteriza por la presencia de una persona con más conocimientos que conduce a los alumnos. Esta idea está lejos del aprendizaje serendípico, puesto que éste reconoce a los estudiantes como el potencial oculto que tienen las instituciones educativas en cuanto a innovación y creatividad. Las escuelas no han sido capaces de cambiar lo suficientemente rápido como para pasar de la emisión de conocimiento top-down a la posibilidad de abrir las puertas de los centros de enseñanza a los nuevos flujos bottom-up. Algunas de las transformaciones necesarias son: saber cómo buscar diferentes puntos de vista y no sólo conocer la respuesta específica; aprender a construir reconociendo el trabajo de otros; poder crear capital social además del capital humano. Este aprendizaje no es intencional ni planificado. Ocurre a menudo en el lugar de trabajo o utilizando la computadora, cuando se desarrolla alguna actividad o tarea.
6. Aprendizaje ubicuo: el aprendizaje ubicuo (Cope y Kalantzis, 2010) representa un nuevo paradigma educativo que, en buena medida, es posible gracias a los nuevos medios digitales. El desarrollo tecnológico posibilita que prácticamente cualquier persona pueda producir y diseminar información, de modo que el aprendizaje pueda tener lugar en cualquier momento y espacio. Esta noción de “en cualquier momento/en cualquier lugar” aparece a menudo descrita como “ubicua” en la literatura sobre TIC. Esto permite cerrar brechas temporales y espaciales, hacer confluir lo físico y lo virtual o bien sacar el uso de los ordenadores de las oficinas y despachos para que exista en los espacios sociales y públicos a través de dispositivos portátiles.
Reflexionar sobre los resultados de la educación y el incremento de los problemas sociales ha generado un movimiento que crece en forma de una espiral de pensamiento divergente que se evidencia a través de las propuestas de reconocidos investigadores en diferentes puntos del planeta. Las propuestas, son eso propuestas, ideas, que deben servir, en primer lugar, como detonadores para repensar la praxis pedagógica. Entre ellos, es importante mencionar a Sir Ken Robinson,[6] que de manera muy personal, en una de sus “charlas legendarias” en TED (Ideas worth spreading), plantea un cambio radical, para pasar de escuelas estandarizadas al aprendizaje personalizado, creando las condiciones para que pueda florecer el talento natural de los niños y nos haga reflexionar a los adultos. Plantea que la educación actual no necesita una evolución que implique mejorar un modelo obsoleto, sino que se requiere una transformación; pasar de un modelo de educación esencialmente industrial de manufactura que se basa en la linealidad, el conformismo y la masificación a un modelo que se base en los principios de la agricultura. Tenemos que reconocer que el florecimiento de los seres humanos es un proceso orgánico en que no se pueden predecir los resultados del desarrollo humano, todo lo que podemos hacer, como un agricultor, es crear las condiciones para que ellos comiencen a florecer. Agrega, que no debemos clonar modelos educativos, tenemos que promover un movimiento que personalice la educación para que incluya a las personas que atiende. Se trata de promover un movimiento en el que las personas desarrollen sus propias soluciones, un modelo en el que cada escuela pueda ser mañana floreciente, ahí donde los niños experimenten la vida y se respeten sus sueños.
 
Si tuviese yo las telas bordadas del cielo,
Recamadas con luz dorada y plateada,
Las telas azules y las tenues y las oscuras
De la noche y la luz y la media luz,
Extendería las telas bajo tus pies:
Pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
He extendido mis sueños bajo tus pies;
Pisa suavemente, pues pisas mis sueños.
Para finalmente expresar que cada día, en todas partes nuestros hijos y alumnos extienden sus sueños bajo nuestros pies y debemos pisar despacio.
La transformación de la educación que plantea Sir Ken Robinson fue puesta en tapete hace ya varias décadas por el pedagogo brasileño Paulo Freire, (Brasil, 1921 – 1997) quien desde muy joven criticó el modelo educativo de su país y batalló por los derechos de los menos favorecidos. Sus ideas de transformación educativa y el éxito de su método de alfabetización generó una corriente de apoyo a sus propuestas, pero el golpe militar que se produjo en marzo de 1964 contra el gobierno federal puso fin al gran experimento. Encarcelado dos veces por los militares por su “método subversivo”, Freire tuvo que salir del Brasil y fue asilado en Bolivia donde permaneció solamente por 20 días y nuevamente se ve obligado a salir para refugiarse en Chile. En 1967, Freire fue por primera vez a los Estados Unidos de América como conferenciante invitado a participar en seminarios de universidades de diversos estados. Su primer libro, La educación como práctica de la libertad (publicado en 1968, en Chile), había sido bien acogido en los círculos intelectuales de Santiago, Buenos Aires, México y Nueva York. En 1969 recibió una carta invitándole a impartir clases durante dos años en la Universidad de Harvard. Ocho días después, el Consejo Mundial de las Iglesias, establecido en Ginebra (Suiza), organización que en aquel momento desempeñaba una importante función en el proceso de liberación de las ex colonias africanas, le ofreció un puesto de asesor de dedicación completa. Después de una prolífera producción, en abril de 1997, publicó su último libro, Pedagogía de la Autonomía: Saberes necesarios a la práctica educativa. Desde su Pedagogía del Oprimido expresa “La pedagogía del Oprimido que, en el fondo es la pedagogía de los hombres que se empeñan en la lucha por su liberación, (…) busca la restauración de la intersubjetividad, aparece como la pedagogía del hombre, como pedagogía humanista y liberadora, tendrá dos momentos: El primero, en el cual los oprimidos van descubriendo el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación y, el segundo, en que una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación” (Freire, 1985)[7]. Entre los planteamientos que Freire propone para la transformación de la educación opresora en una educación libertadora, tenemos:
1. Presentar un impulso inicial conciliador. La Educación debe comenzar por la superación de la contradicción educador-educando. (Freire, 1985)[8]. Este planteamiento se concreta cuando él expresa que no hay docencia sin discencia y desde esta perspectiva propone que: enseñar exige rigor metódico, investigación, respeto a los saberes de los educandos, crítica, estética y ética, la corporificación de la palabras por el ejemplo, exige riesgo, asunción de lo nuevo y rechazo de cualquier forma de discriminación, exige reflexión crítica sobre la práctica; exige el reconocimiento y la asunción de la identidad cultural. (Freire, 2006)[9]
2. Que en la concepción “bancaria”, la educación es el acto de depositar, de transferir, de transmitir valores y conocimientos, no se verifica, ni puede verificarse esta superación. Por el contrario, al reflejar la sociedad opresora, siendo una dimensión de la cultura del silencio”, la educación bancaria mantiene y estimula la contradicción. (Freire, 1985)[10]. En cambio en la Pedagogía liberadora enseñar no es transmitir conocimientos, enseñar exige conciencia del inacabamiento, el reconocimiento del ser condicionado, respeto a la autonomía del ser del educando, exige buen juicio, humildad, tolerancia y lucha en defensa de los derechos de los educadores, exige la aprehensión de la realidad, alegría y esperanza, exige la convicción de que el cambio es posible y finalmente exige curiosidad. (Freire, 2006)[11]
3. Si el educador es quien sabe, y los educados son ignorantes, le corresponde al primero, dar, entregar, transmitir su saber a los segundos (Freire, 1985)[12]. Esta contradicción se supera cuando el docente en una perspectiva liberadora desarrolla una enseñanza que se produce en un ambiente de seguridad, competencia profesional y generosidad, donde se genera el compromiso mutuo, cuando se comprende que la educación es una forma de intervención en el mundo; que enseñar exige libertad y autoridad; exige una toma consciente de decisiones, saber escuchar, reconocer que la educación es ideológica, que hay disposición para el dialogo y querer bien a los educandos (Freire, 2006)[13].

Los planteamientos de diferentes autores son un reto a nuestro pensamiento creativo, para que a partir de ellos configuremos, en forma intersubjetiva, una pedagogía que responda a las características propias de cada uno de los contextos de nuestro país. Los maestros y maestras peruanas tenemos la fuerza y el coraje para decir “si se puede” tenemos la voluntad y las herramientas conceptuales necesarias para realizarlo.


[1] Denig, Stephen y Lovelace (January 2004). Multiple Intelligence and Learning Styles: Two complementary dimensions. Teachers College Record Vol. 106, No. 1. (pp.96-111) Columbia University.
[2] Lévy, P. (2004). Inteligencia colectiva: por una antropología del ciberespacio. Washingtón: BIREME, OPS, OMS consultado en http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/ y en http://www.minipimer.tv/txt/20110120/Inteligencia-Colectiva-Pierre-Levy.pdf
[3] Presentación Dolors Reig virtual Tema 1.wmv (19 de abril 2012). Argentina.[Archivo de vídeo] Recuperado de http://www.youtube.com/watch?v=v3ytq9jiCnE&feature=player_embedded
[4] Pérez,A. Jiménez, B. M. , Martín, B., Bárez, F. J. Pérez, I., Riaño,J. , Gartzia, L. , Gómez, O. & López, R. (2011 ) . La emoción de la transformación España: Innobasque. Consorcio de Inteligencia Emocional. Descargado de http://www.blogseitb.com/inteligenciaemocional/2011/03/29/la-emocion-de-la-transformacion/
[5] Cobo, C. & Moravec, J. (2011). Aprendizaje invisible. Hacia una nueva ecología de la educación. Barcelona: Collecció Transmedia XXI. Laboratori de Mitjans Interactius / Publicacions y Edicions de la Universitat de Barcelona. Descargado de http://www.aprendizajeinvisible.com/download/AprendizajeInvisible.pdf
[6] Sir Ken Robinson (2006). ¡A iniciar la revolución del aprendizaje! [Archivo de vídeo] Descargado de http://www.youtube.com/watch?v=zuRTEY7xdQs&feature=player_embedded
[7] Freire, P. (1985). Pedagogía del Oprimido, México: Siglo XXI.
[8] Ibid
[9] Freire, P. (2006). Pedagogía de la Autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México: Siglo XXI.
[10] Ibid
[11] Freire, P. (2006). Pedagogía de la Autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México: Siglo XXI.
[12] Ibid
[13] Freire, P. (2006). Pedagogía de la Autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México: Siglo XXI.

lunes, 16 de abril de 2012

Currículo y Diseño curricular

A través del tiempo, la educación ha sido vista como la opción para mejorar la calidad de vida. En el sistema educativo peruano, se concibe a la educación como un proceso de aprendizaje y enseñanza que contribuye a la formación integral de las personas, al pleno desarrollo de sus potencialidades, a la creación de cultura, y al desarrollo de la familia y de la comunidad nacional, latinoamericana y mundial. Se desarrolla en instituciones educativas y en diferentes ámbitos de la sociedad (Ley general de Educación. Ley Nº 48040, 2003, art. 2º)[1] . Lo expresado nos orienta a pensar en un proceso que debe permitir que cada hombre y mujer logren su realización personal en un marco de relaciones interpersonales inteligentes. Para que esto ocurra es necesario que todos los ciudadanos y ciudadanas, asumamos el compromiso de contribuir para lograrlo, desde una perspectiva de colaboración responsable. Heinz Zünker (194 y 1998) citado por McLaren & Kincheloe (2008, p. 50)[2] sostiene que la educación es una práctica social que está conectada con, y mediatizada por, otras prácticas sociales. En este contexto la diversificación curricular cobra un significado especial porque como proceso de adaptación, adecuación y enriquecimiento, implica la participación de la comunidad en los procesos de diseño curricular, para que tomando en cuenta sus propias expresiones de necesidades y expectativas, se configure la intersubjetividad curricular, es decir el currículo que responda a sus carencias y potencialidades; que contribuya a desarrollo de una educación ideológica transformadora que incorpore la pedagogía de conocimientos ancestrales suprimidos por la historia, y que en su devenir haga posible la creación de visiones alternativas, democráticas y liberadoras.

La educación peruana conciebe como centro del proceso educativo a la persona, y tiene como fines: a) Formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, espiritual y religiosa, promoviendo la formación y consolidación de su identidad y autoestima y su integración adecuada y crítica a la sociedad para el ejercicio de su ciudadanía en armonía con su entorno, así como el desarrollo de sus capacidades y habilidades para vincular su vida con el mundo del trabajo y para afrontar los incesantes cambios en la sociedad y el conocimiento. b) Contribuir a formar una sociedad democrática, solidaria, justa, inclusiva, próspera, tolerante y forjadora de una cultura de paz que afirme la identidad nacional sustentada en la diversidad cultural, étnica y lingüística, supere la pobreza e impulse el desarrollo sostenible del país y fomente la integración latinoamericana teniendo en cuenta los retos de un mundo globalizado. (Ley general de Educación. Ley Nº 48040, 2003, art. 9º)[3]. Los fines educativos de una sociedad describen los proyectos de vida esperados, para las personas y la sociedad y su logro es a largo plazo, dependiendo de múltiples factores, entre ellos la familia, las características del propio estudiante, la influencia de los medios de comunicación, las políticas educativas y sociales. Para que la sociedad, a través de las instituciones educativas implemente un fin educacional, éste debe traducirse a propósitos y objetivos concretos. Estos propósitos se describen en términos de las características que se supone habrán de resultar del aprendizaje a través de las diferentes etapas, niveles modalidades, ciclos y programas en que se organice un sistema educativo determinado.

El sistema educativo en el Perú se organiza en etapas, niveles, modalidades, ciclos y programas; cada uno con un perfil de egreso específico. Lograr el perfil implica desarrollar un conjunto de competencias a lo largo de cada una de las etapas. Las competencias se manifiestan en una serie de características asociadas a la diversidad humana, social y cultural de los estudiantes de cada comunidad. El Currículo organiza los aprendizajes necesarios para el desarrollo de dichas características.

Lo expresado nos lleva a definir un modelo de currículo, concebido como el instrumento que permite el logro del perfil y que se constituye en un currículo prescrito que regula la práctica docente. El currículo prescrito genera una cultura común que reúnen los elementos de cultura común que forman el consenso democrático sobre las necesidades culturales comunes y esenciales a una comunidad determinada. En esa cultura común entran a formar parte los contenidos, aprendizajes básicos y orientaciones pedagógicas para el sistema, valoración de contenidos para un determinado ciclo, etc. Considerando que el Perú es un país multicultural (ojala fuera intercultural) donde coexisten diferencias culturales, sociales y por tanto desiguales oportunidades ligadas a desigualdades socioeconómicas y culturales, considerar un núcleo curricular básico, significa un problema muy serio y una concepción reduccionista y fragmentaria, pues no se toma en cuenta a los colectivos sociales cuyas experiencias culturales, cosmovisión del mundo y expectativas de futuro están desconectadas de esa cultura común que se desea implantar históricamente como un mecanismo que iguale, generando el incremento cada vez mayor de personas que se quedan fuera de ella. El currículo prescrito, en cuanto a sus competencias, a sus capacidades, actitudes y a sus códigos, expresa la ordenación del sistema, estableciendo la secuencia de progreso por la escolaridad y por las áreas curriculares que lo componen. Esa ordenación, se presenta como facilitadora y orientadora del profesorado, no sólo para indicar los caminos que lleven a cabo la prescripción curricular, sino como ayuda profesional, transitando de esta manera en el terreno pedagógico que configura la practica docente. Proporciona orientaciones metodológicas generales, sugiere a veces pautas más precisas de tratar determinados temas; no sólo regula las evaluaciones que deben realizarse y en qué momentos, sino que orienta sobre las técnicas de evaluación, etc. (Sacristán, 1998)[4]. Este procedimiento, genera una mentalidad acrítica que gradualmente va configurando y consolidando el conformismo, el facilismo, la imitación y la obediencia. Benjamin (1973) citado en Giroux (2004, p. 70)[5] expresa que en cada era se debe hacer el intento de apartar la tradición del conformismo que está a punto de ser superado. Al argumentar que la educación es una fuerza importante en la estructuración de la experiencia, Bernstein intenta aclarar cómo el curriculum, la pedagogía y la evaluación constituyen sistemas de mensajes cuyos principios estructurales subyacentes representan formas de control social enraizado en la sociedad más amplia. (Giroux,2004. p. 129)[6]

Desde una perspectiva compleja y crítica, el currículo no solamente debe ser entendido como un instrumento que permite el logro de un perfil pre establecido, sino sobre todo como una construcción social. El currículo no puede entenderse al margen del contexto en el que se configura ni independientemente de las condiciones en que se desarrolla, es un objeto social e histórico y su pecualiaridad dentro de un sistema educativo es un rasgo entitativo sustancial. (Sacristán, 1998)[7]. Si el currículo es un puente entre la teoría y la acción, entre intenciones o proyectos y realidad, en necesario analizar la estructura de la práctica donde queda plasmado. Una práctica que responde no sólo a las exigencias curriculares, sino profundamente enraizada al currículo e intención del profesor. Desde este enfoque el currículo se concibe como un proceso en acción, ya que confluye en múltiples actividades escolares. Para comprender el currículo en acción es necesario tomar en cuenta todos los elementos que configuran la acción, la clase, es decir la praxis pedagógica. Doyle (1979) citado en Sacristán (1998) expresa que la clase es un ambiente complejo que se prolonga durante largos periodos de tiempo. Como resultado de las interrelaciones que se establecen entre los componentes del mismo, los cambios que ocurren en un espacio tienen consecuencias para los demás elementos del sistema. En este ambiente los profesores no manejan variables aisladas, sino que deben saber planificar, desenvolverse y guiar situaciones complejas de aprendizaje. Planeamiento que está en consonancia con la percepción de que las aulas, y los centros acolares por sí mismos y en relación con su ambiente exterior, son ambientes complejos con múltiples dimensiones y aspectos que operan simultáneamente. Cuando nos referimos al currículo en la acción, es necesario enfocar que esta acción se operativiza a través de las actividades o tareas académicas, pues son a través de éstas que se observa la estrecha conexión entre el profesor, el estudiante y el conocimiento organizado en el currículum (Bennett (1988) citado en Sacristán (1988), porque ahí se conjugan las condiciones de organización metodológica de una estrategia de enseñar y los procesos probables de aprendizaje que pueden producirse. Sólo a través de las actividades que se desarrollan se puede comprender la riqueza de un determinado planteamiento curricular en la práctica. A medida que el nivel de complejidad de un comportamiento o proceso cognitivo para resolver una tarea se eleva, es más difícil precisar en qué consiste el buen funcionamiento de dicho proceso. Precisamente, las actividades más complejas son las de mayor interés, como es el caso de la lectura comprensiva, resolución de problemas, etc. (Gardner, 1985 citado en Sacristán, 1988).



Ley general de Educación. Ley Nro. 48040. Lima: Congreso de la República. Consultado en www.minedu.gob.pe/files/253_201109141438.doc

[2] McLarEn, P. & Kincheloe, J. L. (Eds.) (2008). Pedagogía Crítica. De qué hablamos, dónde estamos. Barcelona: Editorial Graó.

[3] ibid

[4] Sacristán, J. (1988, p. 127). El Currículum: Una reflexión sobre la práctica. Madrid. Morata.

[5] Giroux, H. (2004 ). Teoría y resistencia en educación. Una pedagogía para la oposición. México: Siglo XXI

[6] Ibid

[7] Ibid.